CIMA | CC08 |
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La subida al Collado de la Yegua arranca desde el pintoresco pueblo de Muño Moral en la provincia de Cáceres, Extremadura. Este puerto, que forma parte del desafío CIMA, nos ofrece una experiencia única en medio de un entorno excepcionalmente bello, con paisajes que nos han sorprendido mientras avanzamos con nuestras bicicletas. No habíamos estado antes en esta región y, gracias al reto, hemos podido descubrir estas maravillas escondidas.
El ascenso consta de 16,6 kilómetros desde el puente de inicio hasta alcanzar una altitud de 1,140 metros. Durante los primeros 8 kilómetros, el recorrido es relativamente suave, permitiéndonos disfrutar del asfalto bien mantenido y del magnífico ambiente a nuestro alrededor. Esta etapa inicial nos regala vistas impresionantes con un riachuelo acompañándonos a la izquierda, lo que sin duda añade encanto a la aventura.
Al cruzar el núcleo urbano, la carretera comienza a mostrar su verdadero carácter, con algunas rampas que ponen a prueba nuestras piernas. Aquí se ubica uno de los segmentos más exigentes del puerto, donde la pendiente alcanza un máximo del 11%. Sin embargo, la subida mantiene una pendiente media llevadera de aproximadamente el 4%, lo que permite llevar un ritmo constante y disfrutar del paisaje sin prisas.
A lo largo de la subida, nos encontramos con tramos en los que se hace esencial buscar la sombra para protegernos del sol, especialmente en las horas más cálidas del día. Apreciamos la arquitectura natural que envuelve la ruta, con carreteras talladas en la roca y montañas densamente arboladas que nos rodean.
Ya en la parte final del ascenso, a medida que ganamos altura, se nos ofrecen vistas espectaculares desde diferentes miradores naturales. Incluso encontramos algunos toboganes y estructuras que nos recuerdan la presencia de antiguas instalaciones recreativas, aportando un toque histórico al recorrido.
La última parte del trayecto nos desafía nuevamente al subir con pendientes que alcanzan el 11%. Este puerto parece querer despedirse de nosotros a lo grande antes de llegar a su fin. Sin embargo, superado el punto más alto, el trayecto comienza a descender levemente y podemos empezar a disfrutar de la bajada, recordando la satisfacción de haber culminado esta encantadora subida.
Agradecemos el acompañamiento y la compañía en este recorrido hasta el Collado de la Yegua. Invitemos a los ciclistas a explorar estos puertos menos conocidos pero que ofrecen una experiencia inolvidable y que muchas veces pasan desapercibidos al no formar parte de grandes itinerarios ciclísticos. Sin duda, una subida para recordar y repetir. Esperamos que esta descripción los anime a vivir su propia aventura en este deslumbrante rincón de Extremadura. ¡Hasta la próxima! ???????
Ascenso invernal al Puerto de Montmayor
Ascendiendo por el Jaunpass, rodeado de naturaleza y paz