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El Puerto de Tollos, accesible desde la localidad de Beniaia en la provincia de Alicante, ofrece un desafío en bicicleta que, aunque breve, no debe ser subestimado. Con una longitud de 4 kilómetros y pendientes que pueden alcanzar hasta un 14%, este puerto capturará la atención de ciclistas de todos los niveles.
El puerto presenta un inicio manejable, pero rápidamente se convierte en un reto con su perfil de "escalera", caracterizado por una alternancia de secciones de descanso y rampas más complicadas. Es crucial gestionar la energía de manera adecuada, empleando relaciones de cambio apropiadas para enfrentar las inclinaciones más exigentes, especialmente en los últimos kilómetros.
El asfalto del Puerto de Tollos se encuentra en excelente estado, ofreciendo una superficie suave que ayuda a mitigar el aumento de dificultad en las secciones más empinadas. Además, el puerto está bien señalizado, proporcionando a los ciclistas información vital sobre próximos tramos y porcentajes de pendiente.
Durante la ruta, se atraviesan paisajes típicos del Mediterráneo, con vegetación que delata las huellas de antiguos incendios, y se pasa por pequeñas poblaciones donde el tráfico es generalmente ligero, aunque se recomienda precaución al rodar. La presencia ocasional de viento, incluso en días cálidos, ofrece un alivio refrescante a los ciclistas.
Durante la ascensión, Jorge Montolío acompaña a Miguel Ángel Granero, quien comenta sobre su afición al ciclismo y su experiencia en rutas similares. En sus conversaciones, Montolío comparte consejos prácticos, como la importancia de transportar bebidas adecuadamente frescas para enfrentar las elevadas temperaturas.
Granero roda su bicicleta Colnago CLX 3.0 equipada con Shimano Di2, y recomienda que quienes se inicien en estas rutas opten por desarrollos que faciliten las escaladas, como un 34-32. Por su lado, Montolío sugiere siempre ir preparado con desarrollos adecuados, ya que las demandas del puerto pueden sorprender a más de uno.
Este puerto suele ser frecuentado por equipos profesionales para sus entrenamientos, lo cual no es de sorprender debido a la dureza y belleza de la ruta. A medida que se avanza, el aire fresco y las vistas espectaculares sobre los valles alicantinos ofrecen el incentivo perfecto para continuar pedaleando hasta la cima.
Ya casi llegamos al Passo Foscagno!
Iniciando el puerto por la carretera rodeada de árboles en Valdezcaray, La Rioja