| CIMA | LP03 |
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La subida al puerto de Guayadeque, en la isla de Gran Canaria, arranca en el cruce de Arinaga y supone un reto para los aficionados al ciclismo de montaña. Nos encontramos ante una ascensión de largo recorrido y con un desnivel acumulado considerable, que nos lleva casi hasta los 1.000 metros de altitud. Se trata de una subida que empieza de manera bastante llevadera, con los primeros kilómetros suaves y rectilíneos, pero que esconde su verdadera dureza en la parte final, donde los porcentajes se estabilizan en torno al 8-11% e incluso hay rampas de hasta el 15%.
Nada más arrancar atravesamos la zona urbana del cruce de Arinaga, momento en el que es habitual encontrar algo de tráfico, principalmente local y habitual de días laborables. Sin embargo, tras pasar la primera población grande, Agüímes, el tráfico disminuye notablemente y la carretera se vuelve más tranquila, lo cual permite disfrutar con mayor libertad del entorno y la subida.
Es importante gestionar bien las fuerzas en los kilómetros iniciales, ya que la última parte concentra la mayor dificultad. Los últimos seis kilómetros son bastante exigentes, con largas rectas, muy pocos descansos y porcentajes que rara vez bajan del 8%. De hecho, la sensación de monotonía y dureza mantenida se ve acentuada por la escasa presencia de curvas y la falta casi total de árboles, lo que implica una subida muy expuesta al sol, donde encontrar sombra resulta prácticamente imposible. Afortunadamente, en días con algo de brisa, el viento puede llegar a refrescar y aliviar el esfuerzo, aunque también existe la posibilidad de encontrar calor en las jornadas más soleadas.
El asfalto de la subida es de excelente calidad y el arcén resulta cómodo para circular, lo que permite centrarnos plenamente en la gestión del ritmo y la cadencia. Durante la primera parte de la ascensión vamos adquiriendo altura de forma progresiva, con vistas cada vez más amplias sobre la costa y el mar, un atractivo visual que nos acompaña buena parte del recorrido.
Para poder acometer la parte final con garantías, conviene reservar desarrollo adecuado y dosificar energías desde el inicio, ya que los kilómetros finales son realmente duros, con largos tramos rectilíneos y porcentajes que llegan a exigir el máximo esfuerzo físico y mental. La llegada coincide con un espectacular mirador, donde suelen encontrarse ciclistas y turistas, y en el que se puede disfrutar de unas vistas impresionantes como recompensa al esfuerzo realizado. Además, en la cima hay un pequeño bar donde reponer fuerzas y saborear el paisaje.
La ascensión a Guayadeque es, sin duda, un desafío muy recomendable para quienes buscan puertos largos, exigentes y de belleza singular en las islas Canarias. Se anima a los ciclistas a subirlo y completar el reto cima, siempre planificando bien la alimentación y la hidratación, y preparados para afrontar una subida de gran constancia, de las que ponen a prueba tanto el físico como la cabeza. El recuerdo de su parte final, machacona y sin tregua, seguro que queda grabado en la memoria de quienes la conquistan.

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