Colma di Sormano

La ascensión arranca en la región de Lombardía, muy cerca de Sormano, en Italia. El puerto se presenta dividido en dos partes bien diferenciadas. Los primeros 5 kilómetros resultan bastante asequibles, con una pendiente media del 6,5%, buen asfalto, curvas en herradura y mucha vegetación que nos proporciona agradables sombras durante buena parte del recorrido. Esta primera sección es ideal para ir entrando en calor y disfrutar del entorno, con un tráfico escaso y un trazado entretenido que nos permite disfrutar de las panorámicas típicas de la zona.

El punto más emblemático lo encontramos tras desviarnos hacia el legendario muro de Sormano. Aquí la historia de este puerto cobra todo su sentido: 1,8 kilómetros donde la pendiente rara vez baja del 15%. La media se sitúa entre el 14% y el 17%, y llegamos a rampas máximas del 23-24% en los tramos más duros. Nos encontramos ante uno de los grandes retos del ciclismo, mundialmente conocido y cargado de historia, donde quienes lo afrontamos tenemos que recurrir a desarrollos muy cortos para poder mantener la cadencia y superar las exigentes pendientes.

El muro está perfectamente asfaltado y en sus rampas encontramos inscripciones históricas, así como referencias a los tiempos que lograron ciclistas profesionales de todas las épocas, especialmente aquellos que lo subieron en los años 60 con desarrollos mucho más largos y bicicletas menos preparadas para este tipo de pendientes. Imágenes antiguas muestran la dureza extrema de este reto, en el que en ocasiones los ciclistas de antaño se vieron obligados a subir a pie. Actualmente, quienes buscan afrontarlo deben asegurarse de llevar un desarrollo adecuado para poder mantener la pedalada, especialmente en las zonas más exigentes.

Durante la subida nos acompañan vistas espectaculares y, al coronar el muro, un mirador nos permite disfrutar aún más del entorno privilegiado al que se accede. La cima, compartida por ambas vertientes del puerto, hace que podamos elegir cómo afrontar el reto en función del día: optar por la variante dura del muro o seguir subiendo por la carretera más suave hasta la coronación.

El puerto de Sormano por el muro es uno de los grandes desafíos del cicloturismo europeo. La primera parte nos lleva de la mano, suave y cómoda, mientras que el muro, mítico y legendario, nos pone a prueba tanto física como mentalmente. Se anima a quienes buscan retos diferentes y experiencias inolvidables a afrontar esta subida, que une historia, leyenda y emoción ciclística en cada pedalada.