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La ascensión al puerto del Jumpillo por Ayodar, en la provincia de Castellón, es una experiencia que no solo pone a prueba la resistencia, sino que además cautiva con la belleza de su entorno. Con un recorrido de 13,5 kilómetros y un porcentaje medio cercano al 4%, el puerto puede parecer accesible, pero esconde tramos exigentes que no ponen las cosas fáciles al ciclista.
La subida inicia tras cruzar un pintoresco puente sobre el río Mijares, ofreciendo un paisaje que no deja de asombrar. Al poco de comenzar, los ciclistas se enfrentan a un tramo inicial más riguroso, con los primeros cinco kilómetros siendo especialmente desafiantes. Aquí, el desnivel aumenta significativamente, alcanzando pendientes cercanas al 8% en algunos kilómetros. La ruta ofrece un respiro a mitad de camino, antes de continuar hacia la localidad de Torralba del Pinar.
En esta ocasión, la ascensión fue acompañada por Ana Beltrán, conocida como "Anita Specialized", quien compartió las sensaciones de subir por primera vez este puerto. Ana, originaria de Aragón pero afincada en Valencia, relata su amor por el ciclismo, un deporte que descubrió inicialmente como una forma de viajar y conocer lugares espectaculares, siempre en buena compañía. Ella misma es pionera en el ciclismo femenino, siendo una de las primeras mujeres en participar activamente en grupetas predominantemente masculinas.
Durante la subida, hay momentos para reflexionar sobre puertos icónicos de Europa, con Ana destacando experiencias en el Mortirolo y el Angliru, además de otros colosos italianos, destacando las durísimas pendientes y el placer indescriptible tras coronar estas legendarias cimas.
La ruta continúa por un tramo más llevadero hasta Torralba del Pinar, ofreciendo la relajación necesaria para recuperar energías antes de enfrentar la última parte del puerto, más suave pero no por ello menos majestuosa. A medida que el puerto se abre en la ascensión final, las vistas se tornan aún más panorámicas, permitiendo disfrutar de un verdor peculiar que enamora al visitante.
Al finalizar, la compañía de Ana y el avance entre conversaciones aportan un enriquecimiento adicional a la experiencia ciclista, haciendo que esta jornada no solo sea física, sino también de profundo intercambio vivencial, un día entretejiendo paisajes y anécdotas, sabores y pedaleos. La subida al Jumpillo brinda no solo el reto del desnivel, sino también un viaje narrativo que se guarda en la memoria ciclista para siempre.
Ascenso invernal al Puerto de Montmayor
Excelente Carretera aunque bastante transitada subiendo el Puerto de El León