Coll de Soller

Ubicado en la pintoresca isla de Mallorca, el Coll de Sóller es un puerto de montaña que promete una experiencia ciclística espectacular. Con una extensión de nueve kilómetros, se alza entre la encantadora población de Sóller y el término de Bunyola, ofreciendo una abundancia de curvas cerradas entrelazadas, las cuales hacen de este recorrido un deleite visual y físico para los ciclistas.

El Coll de Sóller no es solo un reto físico, sino también un regalo para los sentidos. El trayecto serpenteante está salpicado de vistas impresionantes de las montañas circundantes y las tranquilas vías del tren, lo que ofrece un escenario idóneo para cualquier aficionado al ciclismo. La calidad del asfalto es notablemente buena, lo que añade seguridad y comodidad al ascenso.

A pesar de su belleza, se recomienda precaución al iniciar el recorrido debido al tráfico en las cercanías de la ciudad de Sóller. Sin embargo, una vez superado este tramo, el puerto se convierte en una ruta apasionante sin tráfico, donde el ciclista puede simplemente disfrutar de la naturaleza y la impresionante serie de herraduras.

El puerto es accesible para una amplia gama de ciclistas, dado que sus pendientes no son excesivamente pronunciadas. Las pendientes medias oscilan entre el 4% y el 7%, con una dureza que podría catalogar al puerto como de segunda categoría. Esto lo convierte en una opción atractiva no solo para ciclistas experimentados sino también para aficionados que buscan un recorrido desafiante pero accesible.

En este viaje, Miguel Ángel Granero estuvo acompañado por Abelardo, un amigo entusiasta del ciclismo, en un recorrido que destacaron por su impresionante belleza. Con la naturaleza malagueña como telón de fondo, disfrutaron de una subida memorable que, a pesar de su moderada dificultad, ofrece una recompensa incomparable con sus vistas panorámicas.

El Coll de Sóller, estando incluido en el reto CIMA, es un puerto que todo ciclista debería experimentar al menos una vez. Ya sea por la vertiente que sube directamente desde Sóller o por sus cifras atractivas y distancia asequible, el lugar ofrece infinitos motivos para ser recorrido y admirado.

Finalmente, al llegar a la cima, el puerto se corona con vistas que abarcan la bahía de Palma, cerrando con broche de oro un recorrido que es tanto un logro personal como una conexión con la naturaleza. Un destino imprescindible para quienes buscan combinar desafío, belleza y tranquilidad en sus jornadas ciclistas.