Lagunas de Neila

Las Lagunas de Neila, ubicadas en la provincia de Burgos, se erigen como uno de los desafíos más intrigantes para los amantes del ciclismo de montaña. En nuestro reciente trayecto, nos enfrentamos a este destino por una de las siete posibles rutas de ascenso, partiendo de la pintoresca localidad de Huertas de Arriba. La ruta seleccionada combina una variedad de paisajes y niveles de dificultad, comenzando con una suave ascensión a través del Collado de Huerta.

Durante los primeros siete kilómetros, la ruta es relativamente suave, ofreciendo una introducción tranquila con un ascenso del 1% al 2%, perfecto para entrar en calor y disfrutar del entorno montañoso sin mucho esfuerzo. A medida que avanzamos, nos encontramos con una carretera bien asfaltada que transcurre por un valle, ideal para un pedaleo fluido pese al aire fresco característico del verano en esta región.

Tras esta entrada calmada, el verdadero desafío comienza una vez que coronamos el Collado de Huerta. La carretera desciende brevemente antes de adentrarse en un tramo más exigente: casi siete kilómetros con una pendiente media del 8%, alcanzando picos del 17%. Este segmento pone a prueba la resistencia, solicitando una gestión cuidadosa del esfuerzo mientras se contempla un paisaje que algunas veces se oculta bajo la niebla, añadiendo un toque místico al trayecto.

A medida que avanzamos hacia las Lagunas, la ruta ofrece tramos alternos de respiro y rampas desafiantes, conjugando belleza y dificultad. Las vistas, aunque ocasionalmente obstruidas por la niebla, revelan un paisaje de montañas espectaculares y una atmósfera serena que recompensa el esfuerzo de cualquier ciclista.

El tramo final de ascenso, donde confluyen todas las vertientes, desafía con pendientes consistentes del 12% al 15%. Aquí, la carretera se estrecha y el paisaje se vuelve más intenso, recordando que estamos ante una de las subidas más emblemáticas de Burgos.

Finalmente, alcanzamos el destino, un pintoresco aparcamiento desde donde podemos disfrutar plenamente de la majestuosidad de las Lagunas de Neila. Esta ruta no solo es un desafío físico, sino también un regalo para los sentidos, con la satisfacción de conquistar una de las ascensiones más imponentes de la región.