Toca día de traslado a Arabba, y nos damos cuenta de que no quedaba tan cerca como pensábamos, son 4 horas de viaje y tenemos que llevar ahora dos bicicletas para el sábado siguiente tener que volver a devolverla y conducir de nuevo hasta Arabba, lo cual supone casi perder por completo ese día final.
Nos parece un horror insufrible, así que vamos hasta la tienda de alquiler a comentar si existe alguna solución, que puedan coger ellos la bici en Arabba o que nos devuelvan los días de alquiler.
Finalmente optan por devolvernos los días de alquiler en forma de compra de material en la tienda, que aprovechamos para unas cubiertas y unas mallas.
Contentos por no tener semejante marrón nos vamos a dormir.
Antes de partir hacia Arabba la dueña del apartamento nos comenta que hay una localidad sin impuestos muy cerca llamada Livigno, así que nos acercamos hasta allí para ver las muchisimas tiendas de montaña y de todo tipo con las que cuenta, además de ser un punto de llenado del depósito de gasolina muy interesante, ya que cuesta un 40% menos.
De modo que partimos hacia Arabba atravesando de nuevo el Stelvio y descubriendo (para nuestra mala leche) que la vertiente por Prato es REALMENTE IMPRESIONANTE. Nos da muchisima rabia no haber mirado antes eso, ya que de haberlo sabido habríamos subido en coche hasta la cima y bajado-subido con la bicicleta, desde luego merece la pena porque esa vertiente es digna de aparecer en las carreteras más impresionantes del mundo.
El viaje desde Bormio hasta Arabba es bastante infierno, 4 horas atravesando cientos de radares que nos hacen alegrarnos mucho por haber arreglado el tema de la bicicleta de alquiler en Bormio.
Por suerte, tanto Bormio como Arabba, Corvara, etc.., son centros turísticos importantes y hay una gran oferta tanto en los mismos pueblos como en los cercanos en cuanto al alquiler de bicicletas sin mayores problemas, de modo que al llegar dejamos solucionado el tema bicicleta de alquiler.
Camino Arbolado en el Muro di Sormano, con la carretera poco concurrida