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En el corazón de la provincia de Valencia, se encuentra la subida al Pico de la Nevera, también conocida como Sierra de Malacara, una ascensión que promete desafíos tanto para ciclistas experimentados como para aquellos en busca de una aventura inolvidable. Partiendo desde la localidad de Siete Aguas, los ciclistas se enfrentarán a una ruta que, aunque no es ampliamente conocida, guarda un esfuerzo considerable en sus últimos tramos.
La ascensión se inicia tras cruzar un puente en la entrada de la población, comenzando con un tramo inicial de 3,2 kilómetros. Aunque los primeros kilómetros presentan una inclinación moderada que varía entre el 4,6% y el 6,8%, es en los últimos 1,2 kilómetros donde la subida adquiere un carácter realmente exigente, alcanzando una media del 17% con picos de hasta el 25%, sobre una superficie de cemento.
El recorrido se divide en tres secciones bien diferenciadas: la primera discurre a través de la población, seguida de una transición hacia una urbanización con inclinaciones que alcanzan el 12%. A pesar de que la superficie de esta urbanización solía estar en mal estado, recientemente se ha mejorado con cemento, facilitando el avance de ciclistas por estas pistas desafiantes. El esfuerzo en este tramo es recompensado con vistas panorámicas espectaculares del entorno, que se vuelven aún más impresionantes al ir ganando altura.
La parte final de la subida se caracteriza por una recta interminable de más de 300 metros con un desnivel del 25%, un verdadero test de resistencia. Sin embargo, las curvas en forma de herradura proporcionan un ligero alivio en el esfuerzo, haciéndolas más llevaderas. Finalmente, tras un intenso esfuerzo, los ciclistas alcanzan la cima coronada por antenas, ofreciendo una vista envidiable de las tierras valencianas.
Los ciclistas aseguran que este kilómetro final podría considerarse el más desafiante de la provincia de Valencia para las bicicletas de carretera, debido a sus pronunciadas pendientes. Al llegar a la cumbre, es el momento perfecto para disfrutar del entorno y reflexionar sobre la tenacidad demostrada en esta subida.
En conclusión, la subida a la Sierra de Malacara y al Pico de la Nevera es una prueba exigente llena de retos y recompensas visuales, que deja una significativa impresión y un gran sentido de logro en quienes se atreven a conquistarla.
Curva de herradura en el Puerto de Piedrafita
Queda poco entre prados verdes subiendo la Farrapona, León