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El Alt del Molí, ubicado en la región del Puig Campana, Alicante, es una ruta que ofrece al ciclista un reto interesante en un entorno natural impresionante. Iniciando desde el río Sella, la subida abarca varios kilómetros con tramos de inclinación irregular y algunas pendientes considerables. Aunque la ruta comienza con una ligera subida, se experimenta una bajada antes de que la carretera empiece a picar hacia arriba de forma constante.
Este puerto es parte de las pequeñas joyas que esconde Alicante, donde aunque las montañas no superen grandes altitudes, las pendientes pueden alcanzar un 15% en algunos puntos. La combinación de subidas duras y el hermoso paisaje hacen de este un puerto especial, muy cerca del pueblo de Finestrat. A medida que el ciclista avanza, las vistas hacia la montaña del Puig Campana se vuelven cada vez más imponentes.
Alicante, conocida por su clima favorable durante la mayor parte del año, es un destino cada vez más popular entre los ciclistas, sobre todo en las temporadas de invierno y primavera. En esta época, equipos profesionales y cicloturistas aprovechan el buen tiempo y la variedad de rutas, encontrando en esta región un verdadero paraíso para entrenar y disfrutar del ciclismo.
La carretera en esta zona se encuentra en buen estado, con un asfalto que facilita una subida fluida. Sin embargo, es importante dosificar el esfuerzo, ya que en los últimos kilómetros el puerto presenta algunas rampas exigentes con porcentajes de hasta el 10%, lo que convierte los tramos finales en un verdadero desafío físico y mental.
Las vistas durante la subida son espectaculares, con un paisaje montañoso que, en días despejados, permite disfrutar de un entorno de gran belleza natural. La montaña de Puig Campana domina el horizonte y es una referencia constante para el ciclista durante toda la ruta. Es una experiencia que invita a desconectar y sumergirse completamente en el entorno.
Para aquellos que buscan un reto ciclista en Alicante, el Alt del Molí es una excelente opción. Ofrece una mezcla de dureza técnica, belleza paisajística y tranquilidad en la carretera, lo que lo convierte en una subida que no se debe pasar por alto.
"Una ascensión que te reta físicamente pero también te recompensa con vistas increíbles y una sensación de tranquilidad en plena naturaleza."

Subiendo el puerto de Pajares hacia la cima

Entre rocas y pradera seca, la recta se hace eterna subiendo Navalmoral