La Farrapona

En esta ocasión exploramos la nueva vertiente asfaltada de La Farrapona desde Torre de Babia, situada en la provincia de León. Este reciente acondicionamiento, con 3,6 kilómetros finales de asfalto impecable, convierte a La Farrapona en un auténtico puerto de paso, abriendo la posibilidad de realizar rutas circulares entre Asturias y León, algo antes imposible para los ciclistas debido al estado del trazado.

La ascensión arranca con un breve descenso de algo más de un kilómetro, tras el que se inicia la subida propiamente dicha. El inicio resulta suave y amable con las piernas, permitiendo superar los primeros metros sin dificultad. A partir de la localidad de Torre de Babia, el puerto comienza a mostrar su verdadera cara, incrementando progresivamente la pendiente y endureciéndose especialmente en los dos kilómetros finales.

El asfalto nuevo destaca en todo momento y se agradece enormemente, facilitando el disfrute del entorno y permitiendo una pedalada mucho más fluida. Pronto la carretera gana en exigencia, alcanzando rampas del 14 y 15% en diferentes tramos y obligándonos a gestionar bien el ritmo y las fuerzas. Los porcentajes, aunque duros, se ven amortiguados por un paisaje espectacular: pastos verdes salpicados de vacas, pequeños núcleos rurales y, en varias ocasiones, la posibilidad de detenernos y contemplar bonitas cascadas junto al camino.

Aunque la ascensión apenas supera los 6 kilómetros, el desnivel y las rampas de doble dígito en el último tramo hacen que el puerto se afiance como un buen tercer categoría. Es fácil imaginarlo como protagonista en próximas ediciones de la Vuelta a España, sobre todo dado el interés que despierta la novedad de su nueva vertiente y la calidad del asfalto.

La oportunidad de enlazar La Farrapona por ambas vertientes aporta un gran valor a la zona para el ciclismo, fomentando nuevas rutas y trayendo vida a los pequeños pueblos de la comarca. Animamos a los ciclistas a descubrir este puerto, disfrutando tanto del reto deportivo como de un entorno natural donde reina la tranquilidad, especialmente en los días de otoño en los que el tiempo acompaña y el paisaje brilla en todo su esplendor.

Recomendamos encarar la parte final bien hidratados y preparados, ya que las rampas más duras requieren concentración y esfuerzo, pero la satisfacción en la cima y las vistas sobre los valles bien merecen la pena. Con la vertiente leonesa ya asfaltada hasta la cima, La Farrapona se consolida como un destino imprescindible y muy atractivo para cualquier aficionado al ciclismo de montaña.