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La subida al puerto El Barber por Simat de la Valldigna es una verdadera prueba de resistencia y habilidad para los ciclistas. No es un ascenso conocido en exceso por el gran público, eclipsado por puertos vecinos como el Mondúver, pero sin duda ofrece un reto considerable para aquellos que se atreven a enfrentarlo.
Este puerto consta de 4 kilómetros con una pendiente media del 8,5%. A pesar de que el primer kilómetro comienza suavemente al 3%, los siguientes tramos no son tan benévolos, aumentando el desafío con inclinaciones que llegan hasta el 13,6%. Además, los ciclistas pueden encontrarse con picos ocasionales que superan el 20%, exigiendo un gran esfuerzo y un buen desarrollo en sus bicis.
Las condiciones climáticas de la zona pueden complicar aún más la subida. Al estar cerca de la costa, es frecuente encontrar un aire cargado de humedad que, mezclado con los vientos de levante, a menudo trae consigo tormentas imprevisibles. Aunque en esta ocasión el clima comenzaba nublado, la falta de sol directo era una bendición para aliviar el esfuerzo.
Una parte interesante de esta aventura ciclística fue la participación de Bernardo, un ciclista experimentado que ha sido campeón máster de duatlón y que actuó como anfitrión en esta escalada. A lo largo de la travesía, Bernardo comentó sobre la importancia de contar con un desarrollo adecuado, como un 34-28, y mantenerse en buena forma física para no dejarse vencer por las empinadas rampas del puerto.
El entorno es otro elemento destacado de El Barber. Durante el ascenso, los ciclistas pueden disfrutar de vistas espectaculares del paisaje circundante, incluyendo el Monasterio de Simat y la Valldigna, aunque a veces la niebla y las nubes pueden ocultar el maravilloso panorama del Mediterráneo. Las últimas secciones del puerto, entrelazadas con herraduras, ofrecen un reto final antes de alcanzar la cima sobre una estrecha senda de cemento.
Una vez coronado el puerto, el camino pavimentado se convierte en una pista de tierra, más adecuada para bicicletas de montaña que para las de carretera, dando así a los aventureros la opción de explorar aún más la impresionante naturaleza de la región. Como reflexión final sobre la subida al Barber, se destaca la importancia de enfrentar estos retos con precaución y con la mente enfocada en disfrutar del recorrido, más allá de las dificultades que puedan encontrar en el camino.
El Barber es un destino para corredores con un nivel medio-alto que buscan un desafío significativo y un entorno que combine belleza natural con dificultad técnica. Con sus demandas físicas y su variada topografía, sigue siendo una joya oculta para el entusiasta del ciclismo que busca una experiencia única fuera de los caminos trillados.
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