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Reel | https://www.instagram.com/reel/DCGx3rgNmEg/?igsh=dmtueTBrcXc0M3Fp |
En pleno corazón de Asturias, nos encontramos con un puerto menos conocido pero igualmente espectacular, situado junto al mítico Angliru y siguiendo la salida desde la población de Santa Eulalia de Morcín. La ascensión recorre poco más de 9 kilómetros y medio, con una pendiente media engañosa, ya que los primeros kilómetros son llevaderos pero la parte final supone un verdadero reto, alcanzando rampas de hasta el 21%, especialmente duras en los dos últimos kilómetros.
La ruta arranca suavemente, rodeados del paisaje típico asturiano, con verdes prados y caseríos tradicionales que van animando el recorrido. Al tratarse de una carretera estrecha y algo apartada, la tranquilidad es total y se agradece el respeto tanto de conductores como de ganaderos que utilizan la zona. A medida que ganamos altura, el entorno se hace aún más impresionante, con la montaña a nuestra derecha durante la mayor parte del trayecto y unas vistas que no dejan de sorprendernos en cada curva.
En la primera mitad de la subida, se alternan tramos suaves y algún que otro repecho, pero todo cambia a partir de la mitad, cuando la carretera se adentra en la parte más dura y se convierte en una auténtica carretera de montaña. A partir del desvío en dirección a La Vara, la pendiente se dispara, alcanzando medias del 12% y presentando varias rampas que superan ampliamente el 15%. En esta zona es fundamental guardar fuerzas y mantener la calma, ya que la exigencia física aumenta considerablemente y la carretera se vuelve más rectilínea y expuesta.
El asfalto ha mejorado notablemente en los últimos años y actualmente se encuentra en muy buen estado, lo que permite una subida mucho más cómoda y segura. Sin embargo, conviene estar atentos, especialmente en días húmedos, ya que puede haber tramos con verdín que dificultan el agarre de la bicicleta, como nos sucedió en esta ocasión, donde fue necesario ayudar a una compañera tras un pequeño resbalón sin consecuencias.
La parte final del puerto no da tregua: encadenamos rampas del 19%, 20% y hasta un 22% justo antes de coronar, acompañados por un paisaje espectacular y la inmensa satisfacción de haber conquistado un verdadero coloso asturiano. La cima nos premia con vistas sobre el valle, la subida al Angliru y, en días claros, hasta Oviedo y Gijón al fondo.
Animamos a los ciclistas a enfrentarse a este puerto, siempre con el desarrollo adecuado y la mentalización que requiere una ascensión de estas características, para disfrutar al máximo de una de las joyas menos conocidas del ciclismo asturiano. Subir Vegabobbies es una experiencia exigente, pero la recompensa en forma de vistas, naturaleza y orgullo ciclista está asegurada.
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