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Quienes busquen una ascensión plácida y llena de encanto en la provincia de Castellón encontrarán en el puerto de Torreblanca una fantástica opción. Se trata de una subida que conserva el sabor de las carreteras clásicas, alejada del tráfico gracias a una variante moderna que ha relegado el puerto a un uso local, brindando tranquilidad y seguridad en la experiencia ciclista.
El recorrido nos lleva desde Torreblanca hacia Villanueva de Alcolea por la CV-145, iniciando prácticamente al nivel del mar. Pronto nos enfrentamos a los primeros dos kilómetros, que suben con una pendiente alrededor del 6%, acompañándonos vistas al mar Mediterráneo y al paisaje característico de la comarca, salpicado de monte bajo y algunos pinos solitarios.
Tras un comienzo algo exigente, la carretera ofrece pequeños descansos y bajadas que permiten disfrutar del entorno mientras se avanza progresivamente en la ascensión. El asfalto es de buena calidad, especialmente en los primeros y últimos tramos donde la carretera es ancha y de doble carril. Por el medio, la vía se vuelve más estrecha y sinuosa, adquiriendo el ambiente clásico y acogedor de los puertos de montaña, ideal para quienes aprecian la escalada tranquila y los trazados históricos.
La subida, aunque de unos 12 kilómetros, es bastante llevadera gracias a la combinación de repechos y descansos. Solo se encuentra una rampa puntual al 11% y algunos tramos al 9%, pero la mayor parte discurre por pendientes mantenidas en torno al 5%. Por ello, animamos tanto a cicloturistas experimentados como a quienes están empezando a enfrentarse a este puerto, ya que resulta asequible y cómodo, ideal para disfrutar rodando y no solo para poner a prueba la forma física.
Uno de los atractivos de la ruta es la escasez de tráfico, lo que transforma la subida en una experiencia segura y relajada, perfecta para quienes valoran pedalear con calma y empaparse del ambiente. La mayor parte del recorrido transcurre en zonas abiertas, por lo que en verano recomendamos ir bien provistos de agua y protegerse del sol, ya que hay pocas sombras. En invierno, el clima de Castellón suele ser benigno y permite rodar con temperaturas agradables la mayoría de días, algo que se disfruta especialmente en esta ruta.
A lo largo de la ascensión, la vista se abre en ocasiones hacia el mar y la llanura, y se pueden observar cultivos de oliveras y algunas pequeñas localidades del entorno, como Escobes de Vindromà. La llegada al final del puerto se produce tras un último tramo cresteando, con largas rectas y suaves pendientes, hasta alcanzar una altitud de algo menos de 400 metros pero con un desnivel acumulado superior gracias a los repechos.
La zona es idónea para quienes veranean en los alrededores de Oropesa, Marina d'Or o la playa de Torreblanca, al permitir combinar recorridos llanos junto al mar con este tipo de ascensiones ligeras, disfrutando del paisaje mediterráneo. Recomendamos especialmente este puerto a ciclistas que busquen rutas variadas, seguridad vial y la posibilidad de conocer uno de los muchos rincones con encanto que ofrece la provincia de Castellón.
En definitiva, subir el puerto de Torreblanca es una invitación a descubrir la vertiente más amable y desconocida del ciclismo en Castellón. Animamos a quienes todavía no lo conocen a pedalear por sus rampas, disfrutar de sus vistas y dejarse conquistar por el entorno y la tranquilidad, siempre recordando la importancia de la precaución y el respeto al resto de usuarios de la vía. ¡Una opción perfecta para sumar kilómetros de calidad y buenos recuerdos en la bicicleta!
Ascendiendo entre paredes rocosas en el Coll de Cascalls
Disfrutando de las Curvas y Paisajes en la Ascensión a Lagunas de Neila