Portixol

El Puerto del Portixol, accesible desde la localidad de Ontinyent, en la comarca valenciana de la Vall d'Albaida, se presenta como una experiencia placentera para los ciclistas. Este puerto cuenta con una subida moderada de aproximadamente 8 kilómetros, caracterizada por su pendiente media de alrededor del 5%, lo cual la hace accesible para prácticamente todos los niveles de ciclistas.

La ruta ofrece un asfalto bien mantenido y un ancho adecuado, facilitando un ascenso cómodo y seguro. Durante el recorrido, se puede observar un flujo constante de cicloturistas, lo que evidencia que este puerto se ha convertido en una opción popular no solo como destino de paso, sino también como punto de partida para planificar otras rutas interesantes desde su cumbre.

A pesar de ser una subida llevadera, es recomendable que los ciclistas se preparen adecuadamente. Especialmente en verano, es esencial llevar suficiente agua o bebidas isotónicas, ya que las fuentes de agua son escasas. Los ciclistas podrán disfrutar de ciertos tramos con sombra gracias a la arboleda, aunque esta escasea a medida que se avanza. La precaución es clave, a pesar de que el tráfico vehicular es relativamente bajo.

La subida al Portixol comparte parte de su trazado con la subida a la ermita de Sant Esteve. Aunque es una ruta compartida, la ermita requiere un desvío y es conocida por tener una sección final particularmente exigente de unos 2.5 kilómetros.

Además, el Puerto del Portixol ofrece una particularidad atractiva: la posibilidad de ser "apadrinado". Este proceso es un reto ciclista que incluye completar un número determinado de ascensiones en un tiempo específico, según la vertiente elegida. Este puerto cuenta con cuatro vertientes distintas desde donde se puede comenzar la subida, ofreciendo varias opciones de desafío a los ciclistas que deseen recibir el título de padrino del puerto.

La vertiente de Ontinyent, si bien más corta y llevadera que otras, permite alcanzar este reconocimiento apadrinador en un mes. El trazado del ascenso termina con unos kilómetros sinuosos y con la posibilidad de desviarse hacia una caseta de vigilancia forestal, que ofrece unas vistas impresionantes del valle circundante y la comarca.

El entorno, conocido como la Serra Grossa, ha sido afectado por incendios desgraciadamente, pero se observan signos de recuperación, con nuevos árboles que empiezan a crecer, prometiendo un futuro verde y vibrante. Los visitantes y ciclistas que se aventuren en esta ruta se beneficiarán de un viaje visualmente atractivo y desafiante, culminando en un paisaje pintoresco que encapsula la belleza natural de esta región valenciana.