Amieva

El puerto de Amieva, ubicado en Asturias y cerca de Cangas de Onís, es una ruta que destaca por ser parte del reto CIMA, lo que implica que es un destino obligado para aquellos ciclistas que desean completar este desafío. Se trata de una ascensión de casi 8 kilómetros con una pendiente media del 8.5%, alcanzando en tramos hasta un 10% o más de inclinación. Desde el inicio, la subida promete ser exigente, especialmente en los primeros kilómetros donde la pendiente supera consistentemente el 9%.

El recorrido atraviesa pequeñas poblaciones y ofrece un entorno espectacular caracterizado por su naturaleza y el verdor típico de los Picos de Europa. Durante la subida, se pueden disfrutar de vistas impresionantes hacia el mirador de la collada, lo que recompensa el esfuerzo realizado en el ascenso.

En esta travesía acompañan al vecindario de ciclistas locales, entre ellos, Iñigo Mateo, quien se unió al recorrido y compartió algunos aspectos personales de su vida como ciclista. Comentó que su pasión por el ciclismo fue heredada de su padre, lo que lo llevó a participar en actividades escolares relacionadas con este deporte. A lo largo de su carrera, ha adquirido experiencia compitiendo y trabajando con profesionales del ciclismo.

Iñigo también recordó lo gratificante que ha sido para él combinar su pasión por el ciclismo con su trabajo, ya que ha tenido la oportunidad de brindar servicio a grandes campeones. Destacó el vínculo de confianza que se forma entre los ciclistas y sus fisioterapeutas, dado que en esos momentos se comparte mucho más que el simple hecho de recibir un masaje.

Continuando con la subida al puerto de Amieva, se menciona que, a medida que el ascenso avanza, las pendientes se vuelven constantes, pero cómodas dentro de la exigencia del recorrido. Solamente al final, en el llamado 'muro de San Román', los ciclistas enfrentan un desafío final con pendientes extremas que alcanzan una media de 17% y máximas superiores al 20% en ciertas altimetrías.

A lo largo de todo el recorrido, el tráfico es escaso, lo que permite una experiencia más cómoda y segura en el recorrido por la montaña. Esto, sumado al buen estado del asfalto, hace de la ruta una opción atractiva para los ciclistas en busca de nuevos retos rodeados de un espectacular entorno natural asturiano.

Finalmente, al coronar el puerto, los ciclistas son recompensados con un mirador y vistas excepcionales, cerrando así una ascensión que, si bien exigente, es una de esas experiencias que quedan guardadas en la memoria gracias a la satisfacción del logro alcanzado.