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La ermita de Pallerols, ubicada en La Sénia, Tarragona, es uno de esos puertos que, a pesar de su falta de renombre, ofrece una subida exquisitamente bella. Esta ascensión consta de 6 kilómetros con un desnivel medio del 6.8%, alcanzando hasta un 18% en su tramo más exigente y con un coeficiente de dificultad de 112. Sin lugar a dudas, un puerto retador pero gratificante para los entusiastas del ciclismo.
El primer kilómetro de la ruta es relativamente sencillo, con una pendiente del 2.1%. Sin embargo, al proseguir, el desafío se incrementa drásticamente, llevando al ciclista a enfrentarse con pendientes de hasta el 11% y breves respiros que permiten una ligera recuperación. La subida se caracteriza por un asfaltado irregular en algunas secciones, con algunas zonas que presentan gravilla y baches, lo que se debe tener en cuenta tanto para el ascenso como para el descenso.
Las condiciones climáticas durante la subida suelen variar, con niebla matinal que a menudo impide visualizar el majestuoso paisaje que rodea el puerto. La atmósfera se complementa con el canto de los pájaros, un acompañamiento sonoro que añade a la experiencia una dimensión melódica relajante, característica exclusiva de las rutas en bicicleta frente a los vehículos motorizados.
A medida que la ascensión progresa, el ciclista encuentra un tramo realmente exigente, con pendientes que oscilan entre el 11% y hasta el 14%. Este sector, aunque arduo, recompensa con vistas impresionantes del entorno natural, realzadas por un trazado en "Z" que ofrece panorámicas inolvidables, especialmente cuando el sol comienza a hacer su aparición y la niebla se disipa.
El recorrido culmina en la ermita de Pallerols después de un último kilómetro más moderado. Esta pequeña edificación ofrece una pausa pintoresca y la oportunidad de disfrutar del paisaje circundante en toda su plenitud, convirtiendo el esfuerzo de la subida en un logro personal cargado de satisfacción.
Explorar la ermita de Pallerols es adentrarse en un premio visual y natural. Las grabaciones de este recorrido en 360 grados permiten a los apasionados de la bicicleta experimentar la ruta en su totalidad, capturando la generosidad del paisaje desde todos los ángulos. Esta experiencia inmersiva asegura que cada momento, cada curva y cada pendiente desafiante quede documentada, para que cualquier interesado pueda redescubrir esta maravilla a su manera.
Ya casi llegamos al Passo Foscagno!
Iniciando el puerto por la carretera rodeada de árboles en Valdezcaray, La Rioja