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Ubicado en Tarragona, el Coll de Bot, también conocido como Coll Ventós, es un puerto de montaña que destaca por su encanto y accesibilidad. Este puerto, que comienza en la pintoresca población de Bot, es una opción ideal para cicloturistas de todos los niveles, incluso para aquellos que están iniciándose en el ciclismo de montaña. Bordea dos valles en su ascenso de 4,8 kilómetros, con una pendiente media de alrededor del 5%. El asfalto es excelente, lo que garantiza un ascenso suave y seguro.
Miguel Ángel Granero, acompañado de Miguel Bernabé, un ciclista experimentado y asiduo participante de la famosa Quebrantahuesos, ascendieron el puerto en un día gris y ventoso. Bernabé compartió su experiencia de haber participado en 28 ediciones de la Quebrantahuesos. Durante el recorrido, destacó lo bien que se rueda en el puerto y la tranquilidad del entorno, haciendo especial mención a la belleza de los almendros en flor que adornan el paisaje.
El Coll de Bot ofrece una experiencia única, con numerosas curvas que permiten disfrutar de una conducción atractiva y desafiante. Aunque el tráfico es escaso, los ciclistas deben estar atentos, ya que hay tramos con espejos para facilitar la visibilidad en las curvas más cerradas. A medida que se avanza, el puerto revela su encanto con vistas espectaculares y tramos boscosos que proporcionan sombra en verano.
Una anécdota curiosa del puerto es la historia de unas inscripciones que solían adornar el último kilómetro, donde un ciclista pidió matrimonio a su pareja escribiendo mensajes en el asfalto. Aunque el tiempo ha borrado esas palabras, la historia permanece como un recuerdo especial de este ascenso.
El puerto es considerado un “tercera categoría”, agradable y llevadero, perfecto para familiarizarse con las subidas de montaña. A pesar de su belleza y accesibilidad, sorprende que no esté incluido en el reto Cima, un proyecto que reconoce otros puertos de menor atractivo en comparación.
Finalmente, al llegar a la cima, alrededor de 20 minutos después de haber comenzado la subida, los ciclistas son recibidos por un cartel que indica el fin de esta encantadora ruta, sumando una experiencia más en la vasta oferta de puertos que ofrece la radio popular de ciclismo en 360 grados.
Ya casi llegamos al Passo Foscagno!
Iniciando el puerto por la carretera rodeada de árboles en Valdezcaray, La Rioja