Ubicado entre las provincias de Albacete y Valencia, el puerto de Fuente Podrida es un destino atractivo para los ciclistas que desean experimentar una subida tranquila y pintoresca. El puerto, que también es conocido por el Balneario de Fuente Podrida, ofrece una ascensión de alrededor de 6 kilómetros desde Villatoya, comenzando con una niebla matutina que se disipa con el ascenso, revelando un entorno encantador de carreteras anchas y ondulantes colinas.
El puerto de Fuente Podrida es descrito como muy llevadero, perfecto para aquellos que están comenzando en el ciclismo o para cicloturistas que prefieren ascensos no muy exigentes. A pesar de alcanzar en algunos tramos un 8% de desnivel, el promedio se mantiene amable, favoreciendo el disfrute sobre el esfuerzo. La ruta está adornada con arboledas que proveen sombra en los meses de verano, convirtiéndola en una experiencia placentera.
Durante la subida, los ciclistas encontrarán un camino bien asfaltado que serpentea por la vegetación, regalando vistas panorámicas cuando la niebla desciende. Este ambiente acogedor y tranquilo es delimitado por carreteras con poco tráfico, lo que permite una conexión íntima con el paisaje, caracterizado por su paz y belleza natural.
En compañía de su colega Rafa, quien se une al recorrido desde Requena tras un trayecto en tren, los ciclistas que visitan esta área pueden aprovechar la oportunidad para explorar el entorno montañoso e incluso disfrutar de las termas en los distintos balnearios cercanos. La accesibilidad desde Valencia a través de servicios de cercanías facilita la visita a este rincón de Albacete, haciéndolo un lugar apetecible tanto para locales como para turistas apasionados por el ciclismo.
El puerto culmina sin señales drásticas de haber alcanzado su punto máximo de altitud, brindando una transición suave hacia una meseta. El viaje inaugural hasta el cruce que indica Casas de Bese mantiene la serenidad del recorrido, haciendo de la Fuente Podrida un puerto que se caracteriza más por su encanto que por su desafío físico.
Con cada curva y pedalada, los ciclistas son invitados a disfrutar de un día en ruta que combina el ejercicio con un paseo por escenarios idílicos, reafirmando por qué el ciclismo es una de las formas más gratificantes de descubrir el mundo. Desde la cima, la recomendación es clara: ningún amante del ciclismo debería perderse la oportunidad de recorrer este cautivador tramo en Albacete.
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